Mí carrera empezó el día que me enteré que Heras organizaba una ultra por la zona de Bejar, la cara que se me puso 😀 fue muy diferente a la de mí mujer 😡, yo pensé, no me la puedo perder, ella pensó, puff, no se la va a perder y me va a tocar a mí, aguantarle, muy parecidas las frases, pero muy distintas según quien las piense 😂. Llegaron los entrenos, los madrugones, pero había que hacerlos para poder superar la carrera que nos tenía preparada el señor Heras. La semana de la carrera pensé en la dieta, y al final casi no la hice, comí lo que me pareció y por los resultados salió bien. El viernes cuando fui a buscar el dorsal, empezaron los nervios, en la charla que tuvimos por la noche se acentuaron y la noche fue malísima, apenas dormí. Me levanté animado, ilusionado,con unas ganas locas de correr y en cuanto mí buen amigo Pedro me vino a buscar, supe que ya no había vuelta atrás, esto iba en serio, muy enserio, 82 km con un desnivel positivo de 4900 m y un recorrido pensado para expertos, que iba a hacer un pardillo de 44 años que lleva poco más de 4 años metido en este mundillo de las carreras de montaña. Empezamos a saludar a corredores que hemos conocido hace poco, a otros viejos conocidos de salir con ellos a correr, se les notaba nerviosos como a nosotros, pero todos lo disimulábamos diciendo, que frío hace (la verdad es que lo hacia). Nos acercamos a la linea de salida y a los primeros que me encuentro, son a dos buenos amigos, Antonio Bogallo y Angel Miña, nos fundimos en un abrazo que me da una emoción especial y aún más fuerzas que las que llevaba. Empiezo a ver a más gente que ha madrugado para animarnos, que campeones son, con lo bien que se estaría en la cama y hay están dándonos su apoyo y ánimos MUCHAS GRACIAS, vosotros hacéis grande esto. De repente aparece la de cara 😡del principio de la historia con los peques Nacho (súper despierto y Adrián , súper dormido ) los ojos se me humedecen y no del frío, los abrazo, les doy un beso y pienso para mí: “la voy a terminar por vosotros”. Sin apenas tiempo de despedirme, beso a mí mujer y empiezo la aventura.

Momentazo de carga de energía, no lo sabéis vosotros bien, ahora Juanfran si tenía razón, íbamos rápidos y tanto que le dejamos atrás. Llegamos a Hervas muy fuerte los dos, ya estábamos adelantando a gente y eso era buena señal. Comimos algo, nos cambiamos de camiseta (me puse la de Puerto Trail Running, en honor a mis compis del equipo de Puerto) y tiramos en dirección a otra durísima subida que hay entre Hervas y la Garganta. El ritmo de Pedro era buenisimo, adelantamos en ese tramo tan duro a 5 corredores y uno de ellos se nos engancho, sin decir nada se nos puso detrás, si corríamos, corría, si andábamos, andaba, pero no decía nada, yo miraba a Pedro y nos reíamos. Era un poco molesta la situación, así que en una de estas arrancadas, paradas, alargué el brazo hacía atrás le cogí de la mano y le puse a nuestra altura, me miró, se rió y le adoptamos. Se llamaba Paco y era un sevillano muy majo, durante los últimos 30 km nos acompañamos los tres, he hicimos la carrera más amena. Llegamos a la Garganta y nuestros buenos amigos Luismi y Raúl (paporros) estaban en el avituallamiento esperándonos, nos dieron de comer y beber, nos despedimos de ellos y nos dirigimos en un espectacular y rápido descenso a Baños de Montemayor. En una de sus calles por donde buscábamos el avituallamiento me encontré a mis padres esperándome (otro gran momento de emoción para mi). Otro momento que marcó la carrera, fue la salida de Baños, Pedro había ido tirando el primero casi toda la carrera, y ya se le notaba cansado, entonces tomé la cabeza del triplete y puse un ritmo muy fuerte, Puerto estaba a tiro de piedra y eso me daba una fuerza especial. Tuve que esperarlos, animarlos, reñirles, pero era un momento clave, se estaban viniendo abajo los dos, yo creo que se acordaron de mí madre y de mis antepasados, pero había que hacerlo, por ellos y por mí. Llegamos a Puerto y aquello fue una pasada, había medio pueblo allí, animándonos, mimándonos, aplaudiendonos, aquello olía ya a meta.
Sin parar mucho y agradeciéndole a la gente sus ánimos, nos pusimos a subir Peña Negra (mi segunda casa 😂), hice una subida prácticamente a 4 patas, piernas y riñones a muerte. Adelantamos a dos corredores y Pedro y Paco no decían nada, yo les preguntaba que como estaban y apenas me contestaban. Les estaba apretando al máximo pero era ya el último esfuerzo. Coronamos exhaustos los tres, pero con una sonrisa de ya está hay Béjar. Hacemos un descenso vertiginoso, con la luz de los frontales que no nos dan casi luz de como bajamos, Pedro se cae, yo casi le pateo y Paco se echa las manos a la cabeza. No puede ser, nos quedan 3 km y estamos por los suelos, Pedro se queja y yo de una fuerte voz le hago que se levante y tire para abajo como alma que lleva el diablo 👺👹. Oímos ya la música, oíamos a Depa, ya era nuestra la ultra, veo al fondo a Nacho y Adrián que vienen a nuestro encuentro, Nacho le da la mano a Pedro, yo a Adrián y con ellos cruzamos la linea de meta. Paco en un bonito gesto se queda atrás con su hija y entra separado de nosotros. Nos fundimos los tres en un abrazo, lo habíamos conseguido. Después abrazos, besos ,con amigos , familiares y nos vamos a cenar. Pedro me mira yo le miro, y le digo SI PEDRO LO HEMOS HECHO .No nos entra ni la comida, ni la bebida, estamos llenos de coca cola por dentro, que es prácticamente lo que hemos bebido y comido en casi 14 h. De repente se acerca un corredor y nos pregunta que si somos Pedro y Oscar, le decimos que si, nos da las gracias, es el hermano de Paco, gracias por cuidarle nos dice, aparece Paco, con su mujer, su hija y su madre, todos nos dan las gracias, que gesto tan bonito tuvieron con nosotros esta familia sevillana (viva Sevilla y olé 💃💃💃). Detalles que marcan a la gente, gracias Paco a ti y a nos tuyos por esto.Esta es mi crónica de una carrera que me ha marcado por muchos motivos.GRACIAS A TODOS POR LOS ÁNIMOS QUE ME DISTÉIS 😘😘.

Después de leer la crónica que escribí, tengo que añadir un comentario que se me pasó poner y es el agradecimiento especial a Cristina, mi mujer. Aunque al principio de la historia ella no era partidaria de que yo corriese esa carrera, el día de la ultra se portó de 10. Levantó a los niños a las 6 de la mañana para que fueran a verme salir, estuvo toda la mañana pendiente de la aplicación del móvil que teníamos en la carrera para saber en todo momento donde estaba (por cierto, funcionó bastante mal la aplicación) en cuanto hubo posibilidad de acceder con el coche hay estuvo, con los niños animandonos en todos los avituallamientos. Informó como una reportera a todos los que estabais pendientes, de por donde estabamos.Se portó como una campeona. Por eso y muchas más cosas, GRACIAS POR ESTAR AHÍ CRISTINA.
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